Hoy 13 de Junio de 1928 Fausto Batignani se hay coronado
Campeón con Uruguay en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam.
El partido se disputó en el Estadio Olímpico de Ámsterdam
ante 28.113 espectadores. Los goles de Uruguay fueron convertidos por Roberto
Figueroa a los 17 minutos y Héctor Scarone a los 73 minutos, habiendo empatado
transitoriamente Luis Monti a los 28 minutos.
Batignani recibió la medalla de oro por su participación con
Uruguay, siendo suplente del golero Mazali en todos los encuentros. Un suplente
de lujo realmente ya que Fausto tiene en su vitrina particular la medalla
obtenida en el Sudamericano de 1926 disputado en Chile, en la que Uruguay se
coronó campeón con Fausto Batignani como titular en todos los partidos.
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Fausto Batignani es uno de los cuatro "olímpicos"
de Liverpool, junto a José Naya, Domingo Etchegoyen y Humerto Tomassina, que se
coronaron campeones en los Juegos de
1924 disputados en Colombes. Comenzó a jugar en Liverpool en 1919, siendo todavía
un adolescente, y a pesar de su todavía corta estatura, se le confió la
custodia del arco negriazul en el año en que logramos el ascenso a Primera
División. Continuó jugando al fútbol en Liverpool, muchas veces de titular, y
algunas siendo suplente, hasta el año 1933.
Una vez retirado como futbolista, continuó trabajando para
nuestra institución, siendo Pro Tesorero en 1938 y Secretario General en 1941 y
1942. En una de las entrevistas que le realizaron, Batignani comentó que
"mis primeros y únicos amores sportivos fueron para Liverpool, y mi sueño
dorado defender sus queridos colores". Un ejemplo sin lugar a dudas de adhesión a la institución.
Fue uno de los jugadores más laureados de Liverpool con la camiseta
celeste, ya que conquistó el Campeonato Sudamericano de 1926 y la medalla de
oro en los Juegos Olímpicos de 1928. Además participó en el Campeonato
Sudamericano de 1922, en el que Uruguay se retiró, cuando estaba primero en el
torneo, por diferencias con los arbitrajes recibidos.
Falleció el 11 de Agosto de 1960, y su nombre quedó para
siempre inmortalizado en las estrofas del tango de Liverpool.